lunes, 24 de octubre de 2016

La diosa Isis y el nombre de Ra

Cuentan las tradiciones que saber el nombre de una persona te da poder sobre ella, los dioses también lo sabían, y por eso algunos ocultaban el suyo con gran celo.

Isis era inteligente, sus conocimientos sobre el mundo de los humanos y el mundo de los dioses era inmenso y su mayor deseo era reinar en Egipto con su hijo Horus, pero sabía que para ello tenía que averiguar el nombre secreto del dios Sol.

Una noche, cuando el dios descansaba, se acercó a él despacio y recogió un hilo de saliva que escapaba de la comisura de sus labios. Se marchó con cuidado para no ser descubierta y cuando estuvo a salvo, mezcló la saliva con arcilla y la moldeó hasta convertirla en una serpiente venenosa, a la que dio vida con sus artes mágicas.

Grabado del Templo de Isis
Grabado del Templo de Isis

La diosa llevaba tiempo observando a Ra, conocía todos sus movimientos y sabía que cada día caminaba por los mismos lugares, así que dejó la serpiente y esperó a que sus caminos se cruzaran.

La serpiente mordió al dios cuando pasó junto a ella, pero él no se percató, hasta que a los pocos minutos comenzó a sentir un agudo dolor por todo el cuerpo, le subió la fiebre y comenzó a temblar. Los demás dioses corrieron en su ayuda, pero ignoraban lo que le ocurría y no sabían cómo curarle. Desesperados, no hacían más que repetir que si el dios Sol moría, la Tierra quedaría sumida en la más absoluta oscuridad.

En ese momento crucial apareció Isis, diciéndoles a todos los dioses que ella era capaz de sanar a Ra, pero a cambio quería saber su nombre secreto. El dios se negó en un primer momento, pero su angustia era tan insoportable que finalmente cedió y le reveló a la diosa el secreto, con la condición de que sólo se lo podría contar a su hijo. De ese modo, Ra recobró la salud y la diosa Isis consiguió su propósito, reinar junto a Horus en Egipto.


Beatriz Moragues - Derechos Reservados


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