miércoles, 13 de julio de 2016

Todo sobre las hadas

Se cuenta que las hadas son seres mágicos femeninos que viven en una dimensión distinta a la nuestra. También se las conoce como Gente menuda o Habitantes del país borroso.


El filósofo y teósofo Geoffrey Hodson decía de estas criaturas: “ El hada (…) posee un cuerpo cubierto de una luz dorada tornasolada y transparente. Solamente puedo describirla como una maravilla de oro. Sonríe y es evidente que nos ve. (…) Se encuentra escondida en un sauce, entre las hojas y las ramas, nos espía con una sonrisa. No se la puede ver objetivamente desde el plano físico, sino solo con la vista astral”.


Cómo son las hadas


La representación del hada siempre ha sido la de una criatura con alas, de pequeño tamaño, con poderes asombrosos y siempre acompañada de su varita mágica. Estos seres viven en la naturaleza, cerca de los ríos y de las flores.


Niña con alas de mariposa

Sin embargo, muchas leyendas de distintos países les dan otras particularidades, dotándolas de una personalidad casi humana, cambiante y hasta absurda a veces. Así, pueden ser avaras, envidiosas y vengativas. Y al mismo tiempo, seductoras, bondadosas y sensibles. Pero en general, se podría representar a las hadas con las siguientes características:

  • Sus cabellos son pelirrojos o rubios.
  • Se cubren con túnicas plateadas o blancas.
  • Suelen estar cerca de los ríos, de las fuentes, de los mares o de las cuevas. Siempre en la naturaleza.
  • Tienen la capacidad de hacerse visibles cuando quieren.
  • Sus ojos son verdes.


El origen de las hadas


Las hadas, al igual que todos los seres mágicos de la naturaleza, están en este planeta desde siempre. Una leyenda islandesa cuenta que la aparición de las hadas, y otros elementales, proviene del Paraíso Terrenal. Un día Eva estaba bañando a sus hijos y se atemorizó al oír la voz de Yahvé, que quiso saber si todos sus hijos se encontraban allí. Eva le mintió diciendo que sí, pero había escondido a algunos niños. Yahvé, sospechando de la mujer, le aseguró que si había ocultado a algunos de sus hijos, nunca más serían visibles a los ojos humanos. Y así, estos niños se convirtieron para siempre en hadas y en otros seres de la naturaleza, a los que el ser humano es incapaz de ver.



Cómo se comportan las hadas con los humanos


Las hadas, como otros seres invisibles de la naturaleza, no sienten demasiada simpatía por el ser humano. A veces les gusta tomarnos el pelo, escondiendo cosas, provocando pequeños ruidos, caída de objetos por la noche o quitándole el sabor a la comida.

El trato que las personas dan a la naturaleza y a los animales no les gusta, ya que ven la destrucción y la crueldad que se extiende por todo el planeta, como una negra capa de profunda oscuridad que lo cubre todo. Y son conscientes que mientras el ser humano no sea capaz de arrancarse de su interior la ignorancia, seguirá aumentando el dolor y el sufrimiento en el mundo.

Sin embargo, son capaces de aproximarse y hacerse visibles a las personas que aman la naturaleza y a los animales, aunque es mucho más frecuente que sean los niños quienes las vean. Para ellos es tan natural, que en ocasiones incluso se extrañan de que los adultos no podamos verlas.


Hada

Quienes han estado en el mundo de las hadas, cuentan que allí el tiempo transcurre más lentamente que en la Tierra.

La leyenda irlandesa de Oisín, relata que éste cruzó el umbral del mundo de las hadas tras la mujer que amaba. Pasó muchos años allí, pero un día sintió añoranza de su tierra y de sus gentes y pidió volver. Le concedieron el deseo y le regalaron un caballo mágico, advirtiéndole que si quería regresar al mundo de las hadas no debía, bajo ningún concepto, tocar el suelo de la Tierra. Oisín aceptó y volvió a este mundo terrenal, para encontrarse con que habían pasado cientos de años y todo había cambiado.

Encontró a unos caminantes, y le pidieron por favor que les ayudase a mover una gran piedra para poder pasar por el camino. Oisín intentó prestarles ayuda sin bajar del caballo, recordando la advertencia que había recibido, pero sus dedos resbalaron hasta la tierra y de inmediato todo el tiempo detenido se desplomó sobre él, que cayó del caballo, envejeciendo y muriendo al instante.



El nombre de las hadas


A las hadas no les agrada que se conozca su nombre, pues saben que eso da cierto poder a las personas. El nombre de cada ser resuena en sus oídos de una manera especial y, de algún modo, influye en su destino. Estas son algunas maneras por las que se conoce a las hadas:

  • La gente de las colinas.
  • La gente desmemoriada.
  • Las personas superiores.
  • Pequeñas criaturas.
  • La gente menuda.
  • La buena gente.
  • La gente pacífica.
  • La gente sencilla.


Nombres por los que se conoce al país de las hadas


  •  El país de la eterna juventud.
  • El país de las promesas.
  • El país borroso.
  • El otro mundo.
  • El mundo de detrás de los mares.
  • El país de la gente menuda.
  • El país de la alegría.



Qué comen las hadas


Dos de los alimentos preferidos de las hadas son las fresas y la miel, pero también les gusta el pan integral y la leche, y multitud de comidas que ellas mismas realizan. Sin embargo, no comen huevos, carne ni pescado.


Las anjanas


Las anjanas son las hadas cántabras que destacan por su carácter benévolo. Se dice que cuando el sol aparece cada mañana en el cielo, estos seres dejan sus hogares invisibles y pueden ser vistas por los humanos.


Hada

Viven en cuevas mágicas, y pueden comunicarse con las flores, con el agua y con los animales. Cuando vienen a nuestro mundo, cuenta la leyenda que se dedican a acompañar a los árboles o a curarles cuando han sido víctimas de un incendio.

Quienes las han podido vislumbrar y han sido capaces de ver a través de sus enormes ojos negros, cuentan que los ríos y lagos están rebosantes de vida, como si miríadas de estrellas flotaran en su superficie. Y que los árboles están tan vivos, que si tuviésemos sentidos para verlos, nos daríamos cuenta que su importancia no es menor que la nuestra.



Un cuento


Quiero terminar este artículo con un hermoso cuento del chamán Fernando Broca. Dice así:

En el mundo de los magos, las brujas, los duendes y las alcachofas parlantes, las historias son simples y bellísimas...

Un día un par de hadas estaban tristes. Un monito alado desanimado, se lamentaba junto a un viejo roble que lo observaba en silencio (ocultando su nostalgia). El espacio a su alrededor era gris. Algunos no saben que el bosque se pinta con las emociones de sus invisibles habitantes. 

Algunas ardillas, el coro de flores y una enorme familia de duendes buscaban alegrar a sus compañeros, sin demasiado éxito. Cuando el corazón está oprimido desde adentro, solo desde adentro se puede liberar.

El espíritu del gran bosque llamo a su viejo amigo el señor del viento y a su eterna compañera la dama del silencio, para planear como ayudar a los seres tristones. 

Al final, después de muchas propuestas, llegaron a una idea. Se publicaría un manifiesto que todos debían conocer. Esta fue su solución:

A partir de ahora este gran tronco hueco de mi tío el nogal -dijo el gran espíritu- será nuestro cofre de los momentos felices, de la alegría, de las sonrisas y de los bellos recuerdos.

Cada habitante del bosque, antes del ocaso tendrá dos opciones: o colocará a diario un buen recuerdo, una linda experiencia, alguna palabra de aliento o un objeto bello y feliz; o tomara de este inmenso tesoro un pedazo (si su jornada ha sido difícil) para que lo alegre, lo acompañe o lo reconforte. Será como un banco. Aquellos que necesiten la alegría, la esperanza o sentir algo bello, vendrán y tomaran algo bueno; no importa cuántos días necesiten tomar. De cualquier modo habrá mucho, pues siempre alguno tendrá algo que poner. Y luego cuando los tristones se recuperen empezaran a colocar tesoros para los demás. De este el modo, siempre habrá algo bueno para tomar en los ratos tristes y melancólicos. Los que hoy ponen, mañana tomaran...

Después de esto el bosque volvió a brillar, el banco funcionaba y no había ningún ser que se olvidase de colocar lo bueno. Ni tampoco ninguno se avergonzaba de tomar tanto como necesitaba. Al final todos ponen, porque ni la tristeza ni el desanimo son eternos. Eterna es la gratitud por tener amigos que ponen gustosos para ti lo mejor que la vida les da".


Beatriz Moragues - Todos los Derechos Reservados


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