viernes, 27 de mayo de 2016

Ares, el dios de la guerra

Ares procede de Tracia, y es hijo de Zeus y de Hera. Está considerado uno de los grandes dioses. Es un bravucón, al que le gusta pelear por pelear, sin importarle mucho los motivos ni al lado de quien está. Cambia de bando con facilidad, pues solo le preocupa estar en el lugar donde hay conflicto. No en vano, es el dios más impopular del Olimpo.
Ares viste una armadura de bronce, un brillante casco, una lanza y un escudo con el que se protege de los ataques enemigos.

A pesar de su arrojo y su fuerza, a veces acaba vencido por sus adversarios. Así ocurre cuando lucha con los hijos de Poseidón, que terminan atándole y encarcelándole en un recipiente de bronce durante tres largos meses.

Ares

También con Heracles cae derrotado, y para humillarle le roba sus armas y le abandona en soledad.
Pero él sigue peleando hasta la extenuación, hasta que acaba tirado en el lodo y muerto a los ojos de muchos. Pero entonces alguien lo traslada al Olimpo, y le cuida hasta que sus heridas sanan, porque un dios no puede morir jamás.
Los amores de Ares son igual de desmesurados que sus batallas y logra seducir hasta a la propia Afrodita, la diosa del amor. Esa relación crea tal revuelo, que Afrodita hace lo imposible para mantenerla en secreto.
En la mitología romana se le equipara al dios Marte y se le reconoce como el padre de Rómulo, el creador de la ciudad de Roma.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados


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